La verdad es que cuando empiezo un trabajo nuevo, lo hago
con toda la ilusión del mundo y más cuando se trata de algo que nunca había
hecho antes, como en este caso.
Tengo que decir que
siempre me pasa lo mismo, por mucho que planifique o diseñe, según voy
avanzando me salgo del guion y empiezo a improvisar y es que los detalles me
pierden y unas cosas llaman a otras y parece que nunca termino.
Aquí os dejo esta cocina infantil de madera, una joyita
exclusiva, un regalo del día de Reyes,
para toda la vida.
Con unos palets, hice el tejado y el exterior y lo terminé
con pintura plástica de interiores en un blanco roto.
Para los mandos utilicé unos tapones de plástico a
los que les he puesto unas pegatinas. Como
podéis ver esta personalizada con el nombre de la peque en el cristal de la
puerta del horno.
Otra de mis aficiones es cocinar, y como era un regalo para
Reyes que menos que un rico roscón, eso sí, a escala.
El grifo me dio algún quebradero de cabeza, al final,
después de pasearme por mil tiendas se me vino la inspiración y ya veis, solucione
con un dosificador de un jabonero que le viene al pelo en tamaño y color.
Un par de pomos hacen de mandos y el fregadero una
fuente ensaladera.
La vitro es un vinilo a escala de una foto de
internet, pegado sobre una tabla, para darle más realismo.
Para las cortinas compré un retal en cuadros amarillos a
juego con las flores del papel, y me las hizo mi hermana que cose de maravilla
y así todo queda en casa, perfectas, como siempre.
Unos cuantos detalles más, y este es el resultado final.
¡¡¡Espero que os haya gustado!!!
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