Realmente me la encontré techada, aunque lógicamente estaba en tan mal estado que decidí darle un empujoncito y tirarlo abajo yo mismo, así que fui al monte corté un eucalipto (que además sobran) y desde abajo poco a poco lo dejé tal y como lo veis ahora.
¡¡Quien me iba a decir a mí que llegaría a vivir ahí adentro!!
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