Cuando empecé no tenía ni idea de cómo se hacía, pocas veces había amasado yo cemento ni mucho menos había hecho muros de piedra, pero la necesidad agudiza el ingenio y además como dice el refrán “hace más el que quiere que el que puede” y yo quería, así que empecé, no sé cómo, pero empecé y y le cogí tanto gusto que no paré y hasta hoy, ¡¡y me encanta!!
Muros de piedra, escaleras y aceras empedradas, digo yo que para ser un simple aficionado, no está nada mal, no?
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