Vamos ahora
con un sencillo palanganero de forja oxidado que, a simple vista, cualquiera
podría tirar para la chatarra.
Pero no es
el caso, se prepara bien y se le dan unas manos de un nuevo color, en este caso un blanco viejo,
se le coloca una jofaina nueva y lista para ocupar un rincón de la casa.
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